Tras la prohibición de la religión por parte del shogunato Tokugawa, a principios del siglo XVII, la pequeña congregación cristiana se vio obligada a las prácticas clandestinas.
El cristianismo se introdujo en Japón a mediados del siglo XVI y pronto se hizo popular en Nagasaki y en la región de Amakusa . Durante tu visita encontrarás ruinas de un castillo, iglesias reconstruidas y reliquias religiosas, donde podrás experimentar los motivos que forzaron al pueblo a adoptar su fe, la continuación de estas formas de creencia, los rituales que les impusieron como señal de apostasía cristiana, y la historia sobre la libertad religiosa que fue finalmente restaurada hacia finales del siglo XIX.
No te pierdas
- Explorar las ruinas del Castillo Hara, donde estalló en el siglo XVII una rebelión local de campesinos, en su mayoría cristianos, provocando que los cristianos tuvieran que esconderse
- Subir al monte Unzen para admirar el escarpado terreno volcánico y disfrutar de baños termales
- Visitar los yacimientos y asentamientos arqueológicos bien conservados de las islas de Amakusa y Hirado
Dos siglos y medio de persecuciones religiosas
Durante un corto período de tiempo en el siglo XVI, el cristianismo se instaló en Nagasaki y la región de Amakusa de la mano del misionero jesuita Francisco Xavier. Unas décadas más tarde, en 1614, el shogunato Edo prohibió la práctica de esta religión y los cristianos se vieron obligados a elegir entre convertirse al budismo, practicar en secreto o ser ejecutados mediante tortura.
Aunque muchos cristianos tuvieron que renunciar a su fe, un buen número encontró la manera de seguir con sus prácticas religiosos en secreto. Sin la orientación de ministros públicos ni instituciones, esta religión evolucionó poco a poco hasta alcanzar un carácter propio y distintivo.
Con la Restauración Meiji (1868-1912), Japón abrió su mentalidad y en 1873 se levantó la prohibición contra el cristianismo. De esta forma, los seguidores de esta religión, que habían seguido con sus prácticas clandestinas durante años, pudieron de nuevo expresar su fe con total libertad. La mayoría de iglesias de la zona se construyeron durante este mismo período, a mediados del siglo XIX; destaca especialmente la catedral de Oura, situada en el corazón de Nagasaki , una iglesia católica de estilo gótico construida para los occidentales que vivían en el asentamiento. En 1865, poco después de su construcción, un grupo de cristianos escondidos confesó su fe a los sacerdotes de la catedral de Oura, convirtiéndose en el escenario para el punto de inflexión conocido como el «descubrimiento de los fieles».
Una revuelta sangrienta y el inicio de un largo periodo de reclusión
Para conocer de primera mano la historia de la persecución cristiana, visita el pueblo de Minami-Shimabara , situado en el extremo sur de Nagasaki . Más de 20 000 campesinos se rebelaron contra el shogunato, para oponerse a la opresión religiosa y al aumento de los impuestos. La rebelión desembocó en un enfrentamiento abierto contra un batallón de unos 120 000 combatientes, que terminó con una batalla en el castillo de Hara en 1638. El derramamiento de sangre obligó a los cristianos a esconderse y a buscar su propia forma de continuar con su fe.
Durante tu visita a Minami-Shimabara verás cimientos de piedra, puertas de un castillo y un monumento de piedra en honor a la revuelta. Este lugar se encuentra frente al océano, por lo que es ideal para tomar magníficas instantáneas.
Si tienes pensado dedicar algo más de tiempo a la zona, no dejes de subir al monte Unzen , un volcán activo con un campo de actividad geotérmica burbujeante. Aunque en su día los cristianos fueron enviados aquí para ser castigados, en la actualidad esta zona acoge posadas tradicionales, centros de aguas termales y otras atracciones paisajísticas.
El hogar del sistema de creencias único de la región
Puedes ir en ferri desde Minami-Shimabara hasta la región de Amakusa , un rocoso archipiélago de exuberante vegetación e idílicas localidades costeras. La región de Amakusa fue la fortaleza de Amakusa Shiro, el líder de la Rebelión de Shimabara-Amakusa. Los cristianos clandestinos, rendían culto en habitaciones secretas y creaban estatuas de la Virgen María que se asemejaban discretamente a los tradicionales kannon budistas.
Acércate a la isla principal de Shimoshima, donde se alzan múltiples iglesias católicas de principios del siglo XX y el Museo Cristiano de Amakusa.
Puedes explorar en coche las cercanas islas de Ueshima y Oyano, donde podrás ilustrarte más sobre la historia de la clandestinidad del cristianismo de esta zona en el Museo de Santa María y el Museo de Amakusa Shiro.
Asentamientos al noroeste de Nagasaki
Al noroeste de Nagasaki, te encontrarás con la ciudad de Sotome. Al igual que en Amakusa, también aquí se ocultaron las prácticas religiosas cristianas hasta mediados del siglo XIX.
Con la Restauración Meiji, algunas iglesias volvieron a esta zona, entre las que destacan la iglesia de Shitsu y la iglesia de Ono, que a día de hoy aún siguen en activo y conservan su apariencia original.
Una isla en la que vivieron jesuitas, holandeses y británicos
Continúa el recorrido hacia el noroeste de la isla de Hirado para contemplar un hermoso paisaje, iglesias cristianas, un castillo del siglo XVII y mucho más. En el Museo Shima no Yakata de la isla de Ikitsuki podrás contemplar coloridas vidrieras decoradas y otras reliquias del cristianismo encontradas en la zona. Además del significativo pasado religioso, durante décadas la isla de Hirado mantuvo relaciones comerciales con mercaderes holandeses y británicos, antes de que se les obligara a instalarse en la isla de Dejima , en 1641. En la zona encontramos testimonios de estas antiguas relaciones con otras culturas, como el monumento en honor a William Anders o el puente holandés.
Cómo llegar
Nagasaki y la región de Amakusa se encuentran en el oeste de Kyushu. Puedes acceder a ellas desde la estación de Hakata en Fukuoka con la línea de tren rápido limitado JR Limited Express Kamome. A Amakusa se llega en ferri desde unos cuantos puertos de Nagasaki o bien en avión desde Fukuoka o Kumamoto. Dado que estos sitios están esparcidos por el lugar y no hay muchas opciones de transporte público, la mejor forma de explorar la zona es alquilando un coche.
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