El monte Fuji se eleva a más de 3500 metros de altitud, con una mirada imponente sobre Shizuoka y Yamanashi, desde donde lo pueden avistar los pescadores en el mar e incluso los habitantes de Tokio.
Este magnífico lugar ha servido de inspiración para artistas y ascetas durante casi mil años. Aquí, las prácticas espirituales siguen siendo habituales a día de hoy, con multitud de practicantes del budismo y el sintoísmo congredados en los principales templos y santuarios esparcidos por los pies de la montaña. Algunos pueblos cercanos, como el de Oshino, se conservan en el mismo estado que hace siglos y ofrecen una estampa como las que se ven en los tradicionales grabados en madera japoneses. Tanto si tienes pensado subir a la montaña como si no, la belleza de los alrededores no te dejará indiferente.
No te pierdas
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- Viajar atrás en el tiempo en Oshino Hakkai, un conjunto de siete plácidos estanques ubicados en una localidad que no ha sufrido el paso del tiempo
25 atracciones por toda la montaña
El conjunto declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO integra 25 áreas separadas, entre las que destacan los Cinco lagos de Fuji , el santuario Sengen-jinja, Oshino Hakkai y el pinar costero de Miho-no-Matsubara . Muchos de estos destinos ofrecen vistas sobrecogedoras del pico. Este lugar Patrimonio de la Humanidad también incluye rutas especiales de peregrinación a la cumbre del monte Fuji, que miles de monjes han recorrido en busca de su recompensa espiritual.
Una musa para artistas y un ícono de Japón
El monte Fuji es el símbolo omnipresente de Japón a escala nacional e internacional. Su condición como tal se debe, en gran parte, a los grabados ukiyo-e en madera de Katsushika Hokusai (1760-1849) y Utagawa Hiroshige (1797-1858). Sus obras convirtieron a la montaña en un icono universal y una imagen conocida en todo el mundo.
Cómo llegar
Desde Tokio, puedes llegar al monte Fuji y sus inmediaciones a través del tren bala Tokaido Shinkansen, en autobús o en tren local. El trayecto en autobús desde la estación de Tokio dura aproximadamente 2 horas. En tren regular, el viaje se alarga a unas tres horas. Ten en cuenta que los diferentes lugares designados Patrimonio Mundial por la UNESCO se encuentran repartidos por toda la zona y que tendrás que desplazarte para ir de uno a otro.
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