Santuario Itsukushima-jinja 嚴島神社

El santuario Itsukushima se encuentra en la isla de Miyajima , cerca de Hiroshima , y se dice que fue construido en el año 593. Aunque ha sido reconstruido varias veces debido a diversos desastres, aún conserva la apariencia del santuario construido por Taira no Kiyomori, un famoso líder militar de finales del periodo Heian (794-1185). Es uno de los pocos santuarios de Japón en los que se levantan edificios de madera sobre el mar.

La terminal de pasajeros de Miyajimaguchi está a unos 5 minutos a pie de la estación de Miyajimaguchi. El acceso a Miyajima está a unos 10 minutos en ferri. Desde la terminal de pasajeros del muelle de Miyajima hay un trayecto de unos 10 minutos a pie hasta el santuario.

La isla entera ha sido venerada por muchos como sagrada. Se dice que la gente de antaño consideraba a la isla como un lugar extraordinario, por lo que edificaron un santuario en una zona donde la marea fluctuaba para evitar dañar el «cuerpo» sagrado de la isla.

El Otorii se construyó dentro del mar en el año 1875 y era la entrada original al santuario. Los fieles pasaban por debajo de la puerta en barco, de camino al santuario de Itsukushima.

Debes tener en cuenta que la puerta está siendo renovada desde junio de 2019, y está cubierta de andamios y sábanas.

El viaje en ferri a la isla ofrece vistas del santuario de Itsukushima desde el mar en calma, con el monte Misen elevándose a sus espaldas. Los ferris operan de la mañana a la noche.

Con la marea alta, el santuario de Itsukushima y la puerta Otorii parecen flotar en el agua, mientras que con la marea baja los cimientos del santuario y los lodazales quedan al descubierto. En ese momento se puede caminar hasta la puerta y aprovechar la gran oportunidad de hacer fotos desde cerca.

Además de su importancia cultural y espiritual, Miyajima fue inscrita como Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 1996 en reconocimiento a los bosques primitivos del monte Misen . Hay numerosos megalitos a lo largo del sendero del monte y en la cima. Cuando las condiciones son favorables, se puede contemplar la belleza de las numerosas islas que salpican el mar interior de Seto desde la cima.