Monjes budistas tallados en rocas para honrar a los desaparecidos en el mar
A orillas del mar de Japón y a la sombra del volcán más alto de Tohoku, el monte Chokai, se encuentra un apacible lugar rodeado de misterio conocido como Tallados Juroku-rakan. En las rocas hay talladas 22 caras de figuras budistas, incluida una de Buda, que contemplan de forma serena las inmensidades del mar.
Estos guardianes silenciosos velan a diario por los barcos desde hace 150 años, desde que Kankai, un monje budista del templo Fukura Kaizenji, propusiera su creación como símbolo de luto por todos aquellos pescadores y marineros desaparecidos y para rezar por la seguridad de todos los que se encuentren en el mar.
No te pierdas
- Los 22 monumentos únicos en honor a los marineros locales desaparecidos
- La ceremonia anual celebrada a finales de julio en la que las esculturas se iluminan de noche
- Las espectaculares vistas de las esculturas desde el mirador de Miharashi
Cómo llegar
La mejor opción para llegar a Juroku-rakan Iwa es en coche o taxi.
Está a tan solo 5 minutos en coche de la estación de Fukura, en la línea Uetsu Honsen.
Las caras de la compasión y la piedad
Varios maestros canteros tardaron cinco años en esculpir estas figuras, que se encuentran en un magnífico estado de conservación, cada una de las cuales tiene una expresión propia.
Podrás contemplar y admirar la belleza de estas figuras esculpidas con esmero desde las superficies arenosas y pedregosas de más abajo. Que no te resulte extraño si no las encuentras todas, ya que algunas están muy bien escondidas.
Bonitas vistas a tan solo unos minutos
En una playa rocosa situada a solo 5 minutos a pie está Dewa Futami, con sus rocas gemelas unidas por una cuerda. Contemplar la puesta de sol entre ellas —fenómeno muy común, sobre todo en mayo y agosto— te dejará sin palabras y, según la creencia popular, te dará suerte.
A solo 5 minutos en coche llegamos a la playa de Kamaiso, muy famosa por su pequeño manantial de agua dulce que borbotea desde debajo de la arena. Ponerse sobre las frescas aguas de este manantial resulta especialmente placentero en verano.
Contempla la puesta de sol y acércate a la isla
Durante todo el año este es uno de los mejores lugares desde los que disfrutar de la puesta de sol sobre el mar de Japón. Esta zona es más espectacular aún en julio, con las esculturas iluminadas de noche.
Si el día está despejado, se puede incluso ver la isla de Tobishima en el horizonte, a unos 40 kilómetros de distancia. A los más aventureros les merece la pena reservar un día entero para visitar la isla. Puedes explorar la zona a pie o en bicicleta o, si lo prefieres, relajarte y pescar en sus aguas cristalinas con las vistas impresionantes del monte Chokai al fondo.
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