Estatua de la Paz de Nagasaki 平和祈念像

En el Parque de la Paz de Nagasaki , la Estatua de la Paz de Nagasaki no solo es un crudo recordatorio de la desolación que sufrió esta ciudad tras el bombardeo atómico el 9 de agosto de 1945 al final de la Segunda Guerra Mundial, sino también un homenaje a las víctimas de esta atrocidad.

Se puede llegar a la Estatua y al Parque de la Paz de Nagasaki en tranvía.

En la estación de Nagasaki, toma el tranvía azul Nagasaki Denki, al otro lado de la calle y baja en la parada del Parque de la Paz, a solo unos minutos a pie del parque. La Estatua de la Paz de Nagasaki está en el extremo norte.

En una placa negra al pie de la Estatua de la Paz de Nagasaki están los nombres de las víctimas del bombardeo atómico y de aquellos que murieron años después.

Junto a la estatua, hay colgadas coloridas guirnaldas de grullas de papel. Cada año, muchas personas de todo el país y el resto del mundo envían en señal de paz miles de grullas de origami a Hiroshima y Nagasaki, donde sucedió el bombardeo atómico.

A pesar de la desgarradora historia que hay detrás de esta estatua, su multitud de significados hace que tenga sentido dedicar un rato a contemplarla si visitas el Parque de la Paz de Nagasaki .

El escultor Seibou Kitamura diseñó la estatua, y todo en ella tiene una importancia simbólica.

La mano derecha apuntando al cielo nos recuerda el peligro de las armas nucleares, mientras que la mano izquierda extendida simboliza la paz eterna. El rostro de la estatua también encarna la paz, mientras que sus ojos cerrados representan una oración por el descanso de las almas de las víctimas.

La pierna derecha doblada está en posición de meditación, mientras que la izquierda extendida está anclada al suelo, pidiendo que nos levantemos y ayudemos al mundo. Fíjate en las serenas estatuas de Buda sentado en Japón, y entenderás de dónde viene esta postura.

Antes de visitar el Parque de la Paz y la Estatua de la Paz de Nagasaki, organiza una visita al Museo de la Bomba Atómica de Nagasaki para comprender mejor este momento crucial de la historia y su impacto en Japón. El museo está a tan solo siete minutos a pie del parque. Es una visita solemne pero también una experiencia conmovedora e inolvidable.