Cordillera de Tateyama 立山連峰

Los dos picos más altos de la cordillera de Tateyama, el Tateyama y el Tsurugi, forman un enclave magnífico al este de la prefectura de Toyama .

La cordillera de Tateyama, cuyos picos escarpados se extienden como los dientes de una auténtica sierra, aguarda a aquellos intrépidos viajeros con el coraje suficiente como para atreverse a escalarlos.

La mayoría de los viajeros llega a las montañas más importantes de Tateyama desde Murodo, a través de la Ruta Alpina de Tateyama Kurobe, que puedes tomar en la estación de Tateyama, en la parte de la ruta que discurre por Toyama, o en la estación de Ogizawa (ciudad de Omachi) en la vecina prefectura de Nagano.

Desde Toyama, puedes viajar desde Toyama Densetsu hasta la estación de Tateyama. Desde la estación de Omachi, dirígete a la de Ogizawa y luego sigue hasta Murodo por la carretera nacional alpina.

El tramo más septentrional de la cordillera de Hida de Japón (también conocida como los «Alpes Japoneses del Norte») se bifurca. En el valle que separa ambas ramificaciones se encuentra la presa de Kurobe .

Al este, se alza la cordillera de Ushiro Tateyama, limítrofe con la prefectura de Nagano, donde se encuentran las famosas estaciones de esquí de Hakuba. Al oeste, la cordillera de Tateyama está circunscrita totalmente en Toyama, lo que la convierte en un símbolo más importante de la identidad de la prefectura.

En el centro de esta se alza el Tsurugi, el pico que más destaca visualmente con diferencia, cual abrupta joya de la corona. Al sur del Tsurugi, se pueden apreciar los suaves contornos del Tateyama que, aunque no lo parezca, es el pico más alto de los dos. El Tateyama y el Tsurugi, los picos más importantes de las montañas Hida, también forman parte de los atractivos turísticos del parque nacional de Chubu Sangaku.

Aunque se hable del Tateyama como de una sola montaña, en realidad está formada por tres picos, de los cuales el Oyama es el más conocido y el segundo más alto. Tateyama es, junto con los montes Fuji y Hakusan, una de las Tres Montañas Sagradas del país.

La leyenda cuenta que un cazador del siglo VIII persiguió a un oso moribundo hasta Murodo, donde se transformó en un buda dorado. Desde entonces, el cazador se hizo sacerdote y se dedicó a cuidar de este lugar sagrado. En la actualidad, el santuario de Oyama, que se alza en la cima de la montaña, es uno de los principales atractivos turísticos de la zona.

Su ubicación privilegiada y su ascenso relativamente fácil convierten al Tateyama en un lugar muy popular durante los meses más cálidos. Es posible que la multitud sea el mayor obstáculo que te encuentres de camino a la cima, más que la ruta en sí. Te recomendamos que consideres la posibilidad de hacer un alto en la ruta en algún hotel o posada del camino para descansar los músculos, ya que si bien, en teoría, es posible subir a la cima en un solo día, es posible que necesites algo más de tiempo.

El Tsurugi fue el último gran pico de Japón en ser escalado. No fue hasta 1906 cuando oficiales del Departamento de Estudios sobre el Territorio Nacional de Japón llegaron hasta la cumbre tras muchos intentos fallidos, lo que acrecentó su aura de peligro.

Estos oficiales se pusieron en ruta con la esperanza de ser los primeros en lograr la hazaña, pero cuando llegaron a la cima, descubrieron una espada y otros objetos que databan del siglo XII. El misterio de cómo llegaron hasta ahí aún sigue sin resolver.

El Tateyama es una montaña bastante más fácil de escalar que el monte Tsurugi. No se considera una escalada técnica, pero solo debido a que cuenta con un buen equipo de cadenas y escaleras en buen estado, que reduce la necesidad de cuerdas y demás equipo técnico. Incluso con una robusta cadena de enganche, tendrás que vértelas con vértices escarpados y una gran caída vertical.

La mayoría de las rutas de escalada del Tsurugi comienzan en Murodo, donde puedes iniciar el ascenso a pie hasta el albergue de montaña de Kenzanso, un buen lugar para hacer un alto en el camino antes de empezar las 10 o 12 horas de recorrido, abierto desde julio hasta mediados de octubre. Si comienzas temprano, a eso de las 4:30 de la madrugada, puedes volver a Murodo esa misma tarde y regresar a la civilización en el último autobús.

La travesía de Tateyama a Kamikochi, con un recorrido de entre 6 y 7 días de duración, es una de las mejores rutas de senderismo de todo Japón.

Una vez en Murodo, dirígete al este hasta el monte Tateyama. Desde ahí, estas son las etapas básicas de la ruta:

Primer día: de Murodo a Goshikigahara, de 6 a 7 horas, con escalada al monte Tateyama si el tiempo lo permite.

Segundo día: de Goshikigahara a Yakushidake Sanso, de 8 a 10 horas a través de otro famoso monte, el Yakushidake.

Tercer día: de Yakushidake Sanso a Kurobegoro Goya, de 6 a 8horas, en cuyo recorrido se encuentra otra famosa montaña: el Kurobegorodake.

Cuarto día: de Kurobegoro Goya al monte Yarigatake, de 8 a 10 horas, una ruta cuyo punto de llegada es otro icónico pico japonés.

Quinto y sexto día: del monte Yarigatake a Hotakadake Sanso y de ahí a Kamikochi, de 11 a 15 horas; la excursión más elogiada y con más picos de todo Japón. Qué debes tener en cuenta si eres principiante: las cosas se pueden poner muy crudas y peligrosas al atravesar el Daikiretto.

Todas las rutas están pensadas para hacerse entre julio y principios de octubre. Los senderistas expertos y bien equipados pueden escalar el Tateyama desde finales de abril, tras la abertura al público de la Ruta Alpina. Para ello, es necesario llevar crampones y, preferentemente, piolets, sin olvidar, claro está, una ropa de abrigo adecuada. Los senderistas aficionados deberían hacer la ruta entre julio y mediados de octubre.

Para el Tsurugi se aplican las mismas normas que para el Tateyama, con la excepción y advertencia de que, a principios de abril, la ruta es mucho más peligrosa en esta montaña, ya de por sí más exigente.

La mejor época para hacer la ruta de Tateyama a Kamikochi es de mediados de julio a principios de octubre. Antes de entonces, los restos de nieve plantean algún que otro problema para los que no son expertos y no todas las cabañas se encuentran abiertas en esa época, por lo que los senderistas más aficionados deberían abstenerse.