Paz interior zen y adornos musicales en uno de los templos menos conocidos de Kioto
El templo Enkoji, a tiro de piedra de la Villa Imperial de Shugakuin , en el noreste de Kioto, no puede faltar en tu itinerario por sus impresionantes jardines, su ubicación privilegiada y su aspecto otoñal.
Datos breves
El templo pertenece a la escuela budista Rinzai Zen
En su día fue una escuela pública
Admira el templo Enkoji desde lo alto de la colina que hay detrás del jardín
Cómo llegar
Llegarás a la zona del templo fácilmente a pie desde las estaciones de Shugakuin o Ichijoji.
Desde la estación de Kioto, toma la línea JR Nara hasta la estación de Tofukuji, y haz transbordo a la línea principal Keihan hasta la estación de Demachiyanagi. Desde ahí, toma el ferrocarril Eizan para llegar a la estación de Ichijoji. También puedes tomar el autobús 5 desde la estación de Kioto hasta la parada de Ichijoji Sagarimatsucho.
Un pasado liberal
Tokugawa Ieyasu fundó el templo alrededor del año 1600 para alojar la Escuela Rakuyo, que pasó a ser conocida como un lugar de aprendizaje de mentalidad abierta. A ella asistieron un buen número de artistas y escritores poco convencionales. Más tarde, se convirtió en un seminario para mujeres.
Un jardín con ornamentos peculiares
El templo Enkoji es famoso por su suikinkutsu, un ornamento musical bastante habitual en los jardines japoneses tradicionales. Se trata de un recipiente que se coloca del revés y tiene un agujero por donde caen gotas de agua. Cuando caen más gotas en la superficie del agua, se produce un agradable sonido parecido al de una campana, añadiendo así un ambiente aún más zen al templo.
Bosque de bambúes
Si el bosque de bambúes de Arashiyama está demasiado abarrotado para tu gusto, en el templo Enkoji hay otro más pequeño, justo detrás del pintoresco estanque del jardín.
Jardines de rocas
El templo Enkoji también tiene un pintoresco jardín con un estanque llamado Jugyuno-tei, y un jardín paisajístico seco llamado Honryu-tei. El Honryu-tei, o dragón corriendo, es un jardín bastante inusual, con rocas puntiagudas que asoman por la arena, en diferentes ángulos, para simbolizar a un dragón que vuela. En el otro jardín, la multitud de arces hace que en otoño la intensidad de tonalidades rojas y anaranjadas se adueñen de la zona. Desde la pequeña colina que se alza detrás del templo, se pueden admirar vistas panorámicas de las montañas de Kioto.
Explora más allá
Ya que visitas la zona, aprovecha para descubrir el apacible templo Shisendo , que pertenece a la escuela budista Soto Zen. Fue construido a principios del siglo XVII y se considera una verdadera obra de arte de aquella época.
* La información mostrada en esta página podría cambiar debido a la COVID-19.