Un recordatorio del poder de los señores de la guerra del período Edo
El castillo de Nijo es, quizás, la representación más clara del poder que ejercían sobre el emperador los shogun, o señores de la guerra, durante el período Edo (1603-1867). Es uno de los castillos más conocidos de Japón por su importancia histórica, su relevancia y su ciudad, además de por su condición de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Ve a primera hora o justo antes de que cierre para evitar las multitudes y visitar a tu ritmo todo el complejo, que cuenta con un castillo, un palacio, un jardín paisajista y unos bonitos terrenos.
Datos breves
En el castillo de Nijo vivió Tokugawa Ieyasu, el primero de la poderosa dinastía de shogunes Tokugawa, que gobernó el país durante más de 200 años
En los terrenos hay un famoso jardín paisajista japonés, el Jardín del Palacio Ninomaru
Cómo llegar
Toma la línea Karasuma desde la estación de Kioto , hasta la de Karasuma-Oike, y allí la línea Tozai hasta la estación de Nijojo-mae.
Una presencia sobrecogedora
El castillo de Nijo se construyó en 1603 como hogar del primer shogun Tokugawa, Ieyasu, a mayor altura que el cercano Palacio Imperial para demostrar el poder que el shogun ejercía sobre el cada vez más débil emperador. Las llamativas características del palacio, como los intrincados relieves en madera y los paneles decorativos, son enormemente lujosas en comparación con la austera decoración del palacio real, otra muestra del poder y la riqueza del shogun.
Aunque el castillo cuenta con un foso doble, una muralla y varias torres de vigilancia para su protección, nunca fue atacado y, a partir del siglo XVII, raramente usado.
Detalles elaborados
En los terrenos del castillo está el palacio Ninomaru. La imponente puerta Karamon es la entrada al complejo del palacio, compuesto por cinco grandes edificios, cada uno de ellos con varias habitaciones, conectados por pasarelas cubiertas. Los cuartos están decorados con extraordinarias pinturas de los famosos artistas Kano Tanyu y Naonobu. El aclamado arquitecto japonés Kobori Enshu diseñó el Jardín del Palacio Ninomaru, un jardín paisajista japonés tradicional que ya es un verdadero espectáculo por sí mismo.
Digno de ver en todas las estaciones
El castillo de Nijo cuenta con una plantación de cientos de ciruelos que florecen con exuberancia a finales de febrero y principios de marzo, así como con numerosos arces y ginkgos, que aportan un toque de color a finales del otoño.
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