Una fortaleza apartada y maldita construida por el guerrero Toyotomi Hideyoshi
El castillo de Fushimi, también conocido como el castillo de Momoyama, se encuentra en una zona tranquila de un barrio residencial del sur de Kioto. Aunque durante el período Sengoku esta zona era de todo menos tranquila. Se vino abajo tras un terremoto y enseguida se reconstruyó. Más tarde, fue testigo de una batalla y un seppuku, un ritual de suicidio japonés.
Datos breves
Originariamente, el castillo se construyó a finales del siglo XVI por una legión de entre 20 000 y 30 000 trabajadores
En Kioto aún se pueden ver objetos manchados de sangre rescatados del seppuku que aconteció en este lugar
Un terremoto destruyó el castillo tan solo dos años después de su construcción
Cómo llegar
Al castillo de Fushimi Momoyama se accede fácilmente en ferrocarril.
Desde la estación de Kioto, toma la línea Kintetsu-Kyoto hasta la estación de Kintetsu-Tambabashi. Desde ahí, camina unos 20 minutos hasta el castillo.
Pérdida por asedio
Tras la muerte de Toyotomi Hideyoshi en 1598, el castillo fue conquistado por Tokugawa Ieyasu, quien reunificó Japón tras la batalla de Sekigahara. Cuando Ieyasu abandonó el castillo justo antes de la batalla de Sekigahara en 1600, su fiel samurái Torii Mototada murió tras un asedio de trece días intentado defender el castillo. Con la victoria del enemigo, el castillo se destruyó y sus partes se trasladaron a otros templos y castillos de Japón.
Terrenos manchados de sangre
Cuando Mototada y sus hombres reconocieron la derrota, tuvo lugar una ceremonia del seppuku, o ritual de suicidio, que manchó de sangre los suelos del castillo. Cuenta la leyenda que estos suelos manchados de sangre ahora forman parte del techo de otros templos de Kioto, incluido el Genkoan, al noroeste.
El castillo actual
La réplica moderna del castillo se construyó en 1964, cerca de su ubicación original. Aparte de las torres gemelas, poco más tiene en común con la estructura original.
Se pueden recorrer libremente los terrenos del castillo, aunque las torres gemelas solo se pueden contemplar desde el exterior. Al encontrarse apartado de otros lugares de interés turístico, suele ser una zona bastante tranquila, propicia para disfrutar de un pícnic en primavera u otoño.
* La información mostrada en esta página podría cambiar debido a la COVID-19.