GUÍA Cerámica japonesa Descubre la rica historia de la cerámica japonesa, que produce desde tazas de té hasta inodoros de alta tecnología
La tradición cerámica nipona, una de las más antiguas del mundo, ha ido evolucionado y diversificándose a lo largo de la historia de la mano de los artistas ceramistas
El esmalte translúcido exterior se muestra como un líquido que fluye por los lados de la taza de gres, intensificándose por aquí y atenuándose por allá, para revelar la arenosa superficie sobre la que se desliza, cuya perfecta blancura aparece cubierta por un delicado toque rosado.
Esta obra, ha sido elaborada a mano por un artesano de la ciudad de Shigaraki —una comunidad de la prefectura de Shiga que, en la actualidad, es sinónimo de hermosas obras de cerámica— mediante el uso de técnicas tradicionales y modernas.
Shigaraki es tan solo una de las decenas de ciudades repartidas por todo Japón que han desarrollado sus propios estilos de cerámica, con un legado que se remonta hasta las ollas de barro elaboradas durante el período Jomon prehistórico.
Una larga historia
En algunas ciudades, los ceramistas contemporáneos siguen cociendo su producción en hornos anagama, un tipo de horno con forma de túnel que en el pasado, los ceramistas cavaban en las laderas de las montañas.
En el período Heian (794-1185), se introdujo el uso de sencillos esmaltes verdes elaborados con plomo —una técnica importada de la dinastía Tang china—, al tiempo que aparecieron algunos estilos regionales distintivos, como la cerámica Kamui o la Atsumi, entre otras.
La cerámica sin esmaltes de los seis «viejos hornos» de Shigaraki, Tamba, Bizen , Tokoname, Echizen y Seto , mantuvieron su popularidad durante el período Kamakura (1185-1333), aunque la influencia de la cerámica china, coreana y vietnamita fue haciéndose cada vez más patente.
El vínculo entre la cerámica y las ceremonias del té
Durante el ascenso del budismo en el período Sengoku, a finales del siglo XVI, se produjo un retorno a los sencillos cuencos de barro, dejando atrás los estilos muy decorados y sofisticados de la porcelana china. Los maestros del té mostraron una preferencia por la artesanía de los cuencos en estado puro y no esmaltados —como los de la cerámica Raku— que se utilizaban en sus ceremonias.
Más o menos al mismo tiempo, el descubrimiento de la piedra de porcelana cerca de Arita , en Kyushu, llevó a la producción de la primera porcelana japonesa. Como consecuencia, la cerámica se ramificó en dos vertientes: el sencillo y poco elaborado trabajo de los ceramistas que buscaban la sencillez y asimetría en sus obras —como la aceptación wabi-sabi de la transitoriedad y la imperfección—, y las formas y colores de ejecución perfecta que caracterizaban a la porcelana fina.
Apreciación en el extranjero
La apertura al comercio internacional dio lugar a un importante aumento en la producción de porcelana japonesa para los mercados extranjeros emergentes. Así, desde mediados del siglo XVII, la porcelana azul y blanca gozó de gran popularidad en Europa.
El advenimiento de la era Meiji, en la década de 1860, introdujo cambios significativos en el país, después de que el gobierno fomentase la occidentalización de la sociedad, algo que también tuvo un gran impacto en las artes y oficios tradicionales. Como resultado de la cada vez mayor localización y especialización de la industria, muchos mecenas decidieron dar la espalda a los artesanos que se ganaban la vida con la cerámica.
Apreciación moderna
En las primeras décadas del siglo pasado, diferentes admiradores de la artesanía se esforzaron por continuar el legado cerámico de la nación. Uno de ellos fue Yanagi Soetsu, filósofo y fundador del movimiento mingei —o artesanía popular—, que recuperó y mantuvo la cerámica doméstica del día a día descartada por los ciudadanos a medida que Japón se iba urbanizando y creó, en 1936, el Museo de Artesanía Popular de Japón.
En la actualidad, la cerámica japonesa está disfrutando de otro periodo de renacimiento como consecuencia de la cada vez mayor apreciación de los objetos únicos e inusuales, en lugar de la producción en masa con fines utilitarios. Los talleres de cerámica animan a los visitantes a llenarse las manos de barro y descubrir por sí mismos cómo se sigue creando su exclusiva forma de cerámica.
Especialidades locales
Muchos amantes de la cerámica tienen a la población de Imbe, que se encuentra en el distrito de Bizen — en la prefectura de Okayama— entre los primeros puestos de su lista de lugares de visita obligada. La cerámica Bizen, cuyo origen se remonta al siglo XIV, tuvo su apogeo en el siglo XVI, gracias a su aspecto rústico y la preferencia por este tipo de artesanía para las ceremonias del té.
Esta cerámica se caracteriza por la ausencia de esmaltes, su térreo color marrón rojizo y los restos de cenizas que quedan en la superficie como consecuencia del proceso de producción en hornos de leña.
Los visitantes también son bienvenidos en la ciudad de Arita, famosa por su tradicional porcelana esmaltada, de color azul y blanco, y diseños más modernos, basados en estilos chinos, que incluyen colores más brillantes y diseños más intrincados.
A finales del siglo XVI, los ceramistas de Hagi , en la prefectura de Yamaguchi, recurrieron a sus homólogos coreanos en búsqueda de inspiración. Tal era la calidad de su producción, que el señor feudal local realizó diferentes encargos a los ceramistas del lugar para vestir sus ceremonias del té y hacer regalos personales. La cerámica Hagi es famosa por sus formas sutiles y naturales, así como por el uso de colores tenues y sencillos, que contrastan con el intenso verde del té matcha.
La cerámica Kutani es un estilo de porcelana más elaborado y decorativo, procedente de la prefectura de Ishikawa y cuyos orígenes se remontan a los hornos creados a mediados de la década de 1650. Las piezas Kutani más antiguas destacan por sus tonos verdes oscuros, azules y amarillos. Sin embargo, la producción de este tipo de piezas se detuvo en 1730, por lo que quedan muy pocos ejemplares de este período. Aún así, la actividad se retomó en la primera década del siglo XIX, época en la que se introdujo el uso de una técnica de pintura sobreesmaltada para crear diseños coloridos e intrincados.
La porcelana azul y blanca de Tobe, que se encuentra en la prefectura de Ehime —en la isla de Shikoku— es otra de las cerámicas distintivas de Japón. Sus orígenes se remontan al año 1777, cuando el señor del dominio Ozu comenzó a contratar a ceramistas para crear una cerámica local. La cerámica esmaltada Tobe suele tener una base ligeramente más gruesa que el resto del objeto, mientras que los diseños se caracterizan por el uso de sutiles pinceladas, con las que se crean imágenes en diferentes tonos de azul sobre una base blanca.
Artesanía de primera mano
El creciente interés por estas formas de arte particularmente japonesas ha hecho que cada vez sean más los ceramistas que han decidido abrir las puertas de sus talleres al público, permitiendo, incluso, a los turistas realizar sus propias obras.
En los Museos de Cerámica de Kyushu y Arita, en Kyushu, podrás descubrir la historia de la cerámica de la región y contemplar algunos ejemplares fantásticos de estas mundialmente conocidas artes del barro. Además, también podrás visitar algunos de los distintos talleres y hornos abiertos al público con los que cuenta la región.
Aprovecha para dar un paseo por Jonaizaka-dori, en la ciudad de Mashiko —prefectura de Tochigi— y admirar los artículos expuestos en sus más de 30 tiendas de cerámica. Muchas de estas tiendas imparten talleres breves en los que podrás elaborar tu propio tazón, taza o bandeja, que te enviarán a casa una vez que la pieza haya sido cocida en el horno.
Cerámica contemporánea
El histórico vínculo de Japón con el mundo de la cerámica sigue estando latente en la actualidad, tal y como demuestra la notoriedad de algunas de sus empresas, como Noritake , famosa en el mundo entero por sus vajillas , o Toto Ltd, que toma su nombre de las abreviaturas de las palabras japonesas Toyo Toki —cerámica oriental—, y cuyas modernas cerámicas pueden verse en aseos y baños de todo el mundo. Mientras tanto, los ceramistas japoneses siguen jugando un papel fundamental en los círculos del arte contemporáneo.
Información actualizada a marzo de 2019.
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