AKITA La ciudad de Akita y sus alrededores Una sofisticada capital rural del país de las nieves que protege las artes y oficios y la cultura de tiempos pasados
Una sofisticada capital rural del país de las nieves que protege las artes y oficios y la cultura de tiempos pasados
Akita es la capital de la prefectura norteña del mismo nombre y es famosa sobre todo por la nieve, los onsen, o aguas termales, su excelente sake, una raza de perros robustos y por la belleza de sus mujeres. Delimitada por el mar y las montañas, esta apacible ciudad es la sede de importantes festivales, destacados museos de arte y cuenta con un pueblo samurái excelentemente conservado. Te sumergirás fácilmente en la cultura japonesa de antaño.
No te pierdas
- El festival de artes escénicas Akita Kanto Matsuri, que se celebra a principios de agosto
- Las ruinas del castillo y la estación de floración en el parque Senshu
- El Museo de Arte de Akita, construido por el reconocido arquitecto japonés Tadao Ando, en el que se exponen obras de Leonard Foujita
Cómo llegar
Se puede llegar fácilmente a Akita en tren bala y en avión desde cualquier lugar de Japón.
El trayecto desde Tokio hasta la estación de Akita dura cuatro horas en el tren bala JR Akita. Las compañías JAL y ANA operan varios vuelos de poco más de una hora entre el aeropuerto de Haneda de Tokio y el de Akita. Desde Osaka o Kioto, la mejor opción es, primero, tomar el tren bala Tokaido-Sanyo hasta Tokio y, a continuación, cambiar a otro hacia Akita. También hay un vuelo de 75 minutos de duración desde el aeropuerto Itami de Osaka hasta el de Akita.
Deslumbrantes festivales de temporada
En Akita se celebran muchos festivales de temporada espectaculares. El Akita Kanto Matsuri, del 3 al 6 de agosto, se considera uno de los tres festivales más importantes de la región de Tohoku. Uno de sus momentos culminantes es la dificilísima competición por mantener en equilibrio altos postes de bambú adornados con un sinfín de linternas apoyados sobre la frente o las caderas.
La gran atracción invernal es el Festival de Kamakura de Yokote. Los niños de la ciudad llenan la zona de cientos de iglús, llamados kamakura. Los iglús se iluminan de noche y son ofrendas temporales al dios del agua japonés. Hay esculturas de nieve de criaturas fantásticas y de todo tipo y kamakura lo suficientemente grandes para que un grupo de personas se siente dentro a tomar una bebida caliente.
La localidad de Oga está a solo una hora de Akita y es famosa por sus namahage, deidades que acuden de visita y recorren las calles en Nochevieja amenazando a los niños para que se porten bien el año que entra.
Arquitectura moderna y arte occidental de primera categoría
El Museo de Arte de Akita , inaugurado en el año 2013, cuenta con una impresionante colección de arte contemporáneo de autores locales y objetos de valor histórico. El museo fue diseñado por el arquitecto Tadao Ando, y su escalera en voladizo y la claraboya triangular se han convertido en iconos artísticos y arquitectónicos por derecho propio. En su colección permanente destacan obras de Goya, Picasso, Rubens y Rembrandt.
Japón y Occidente confluyen en el arte
Lo más visitado del museo es su amplia colección de obras del pintor Tsuguharu Foujita, también conocido como Leonard Foujita, que nació en Tokio y residió en Francia. Es una de las pocas colecciones en Japón del trabajo de Foujita, cuya fusión de los estilos tradicionales japonés y francés ha cautivado al público durante casi un siglo. Destaca particularmente una obra maestra de Foujita, que retrata los festivales y las estaciones cambiantes de Akita y que se considera la pintura sobre lienzo más grande del mundo.
Un colorido oasis en la ciudad
El parque Senshu fue antaño el emplazamiento del castillo de Kubota, que se construyó en 1604 y ardió durante el periodo Meiji (1868-1912). Hoy en día, solo quedan el foso, las puertas del castillo y una torre de vigilancia. Los fosos se han reconvertido en una serie de estanques. El parque se transforma con el paso de las estaciones, convirtiéndose en un mar rosa pálido cada primavera con la floración de los cerezos. Las flores de las glicinias cayendo en cascada dotan al parque de un aire majestuoso. El parque Senshu cobra vida en pleno verano al florecer los lotos, y se enciende con intensos tonos rojos cuando se marchitan las hojas de los arces en otoño.
A vista de pájaro
El observatorio de la torre del puerto, Akita City Port Tower Selion, con sus 100 metros de altura, brinda vistas panorámicas de la ciudad, desde el mar del Japón al oeste hasta la península de Oga al norte y el monte Chokai al sur. La puesta de sol desde allí es espectacular.
En el complejo y sus alrededores hay parques y zonas de juego desde las que los visitantes pueden admirar la belleza natural de la ciudad. La zona cuenta con diversas tiendas y restaurantes y suele albergar un mercadillo.
Ir más allá de la ciudad
El área metropolitana de Akita abarca numerosas localidades y espacios naturales que ofrecen de todo, desde historia o relajación hasta aventura. Si te interesan la historia y la aventura, visita la antigua ciudad fortificada y el barrio samurái de Kakunodate, muy bien conservados.
Otro lugar que merece la pena explorar es Nyuto Onsenkyo , un pintoresco balneario en las montañas orientales de la prefectura de Akita. Cerca se encuentra el lago Tazawa, el más profundo de Japón, que cambia de color a lo largo del año pasando de tonos jade intenso a azul zafiro.
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