OITA Ciudad de Oita Un centro artístico y cultural en el que floreció el cristianismo prohibido en el pasado

La ciudad costera de Oita es una antigua puerta de entrada a Occidente, repleta de artículos religiosos y europeos, además de contar con numerosos museos y galerías de arte. Con tanto por ver, hacer y descubrir, es el lugar perfecto para explorar una faceta distinta de Japón.

A Oita se puede llegar fácilmente en avión, tren y coche desde todo Japón.

Desde el aeropuerto de Haneda , en Tokio, llegarás en menos de 2 horas y desde el de Itami, en Osaka, en tan solo 1 hora. Una vez en el aeropuerto de Oita necesitarás otra hora en autobús para llegar a la ciudad.

En tren, se puede llegar a la estación de Oita con las líneas Kyudai, Hohi y Nippo, que dan acceso a la mayoría de zonas de Kyushu y Japón en general.

El cristianismo ganó popularidad en Oita por la influencia de los barcos mercantiles procedentes de Occidente y por la conversión de un señor feudal local en el siglo XVI. Sin embargo, cuando Japón prohibió esta religión en el siglo XVII, muchos creyentes se vieron obligados a renunciar a su fe para evitar la ejecución, o practicarla en clandestinidad.

El Parque Conmemorativo de los Mártires Cristianos de Oita rinde homenaje a los 200 habitantes locales que murieron en defensa de sus creencias en el siglo XVII. Las figuras a las que se recuerda aquí prefirieron ser ejecutadas antes que renunciar a su fe.

Las 5000 obras del Museo de Arte de la Prefectura de Oita incluyen piezas declaradas Bienes de Interés Cultural de Japón. Sumérgete en el mundo del talento artístico local en el Museo de Arte de la Prefectura de Oita , un moderno edificio, construido en 2015, que alberga obras de artistas inspiradas en el estilo de vida local.

El Acuario del Palacio Marino de Oita «Umitamago» tiene experiencias para todos, tanto si quieres relajarte observando a peces y otros animales acuáticos, como si prefieres interactuar con ellos en piscinas poco profundas.

Podrás asistir a numerosas actuaciones y sesiones interactivas, en las que podrás ver delfines, leones marinos y otros animales en acción y descubrir más sobre su hábitat.

Si quieres ver cómo es un día cualquiera en la vida de los 1000 monos salvajes de la zona, puedes visitar el Jardín Zoológico Natural de Takasakiyama , que se encarga del estudio y protección de la población de simios locales y su entorno natural.

No te pierdas la hora de la comida de estos animales, uno de los momentos destacados del día en el jardín. Y, después de dar de comer a tus nuevos amigos, podrás verlos corriendo alrededor, limpiándose los unos a los otros y tomando el sol. Si lo deseas, puedes adentrarte en uno de los senderos del parque para ver más monos.