KIOTO Takagamine y Murasakino El hogar de los mejores artesanos de Kioto y la cuna de los mayores hitos culturales de esta ciudad
El hogar de los mejores artesanos de Kioto y la cuna de los mayores hitos culturales de esta ciudad
Al norte de Kioto se encuentran los distritos de Takagamine y Murasakino, refugio de artesanos durante los siglos XVI y XVII. El famoso distrito del tejido Nishijin continúa siendo un próspero centro artesano y es un buen lugar para sumergirse en la antigua Kioto. Aunque no son tan conocidos como otros lugares de culto de la ciudad, los templos de esta zona son famosos por su conexión con el mundo de las artes.
No te pierdas
- Los tranquilos terrenos de los templos menos conocidos de Murasakino
- La tumba de Murasaki Shikibu, autora de «La historia de Genji»
- Las calles comerciales de Omiya y Shinmachi, no lejos de Daitokuji
Cómo llegar
A estos distritos se puede llegar en tren y autobús desde la estación de Kioto.
Desde la estación de Kioto es más fácil llegar al norte de la ciudad (donde se encuentran Takagamine y Murasakino) con el metro municipal de Kioto. Takagamine y Murasakino están a poca distancia a pie al oeste de la estación de metro Kita-Oji, de la línea Karasuma. Kita-Oji está a tan solo siete paradas de la estación de Kioto.
Muchos autobuses paran en estos distritos. El autobús puede ser más práctico si vienes desde otra parte menos céntrica de la ciudad.
En nombre de la historia
Takagamine significa «Pico del halcón» y su nombre se debe a que esta zona sirvió de coto de caza imperial en los tiempos en los que la cetrería era un deporte popular entre la nobleza.
El nombre del distrito contiguo, Murasakino, tiene una génesis similar. Murasaki significa «púrpura» y Murasaki Shikibu, autora de «La historia de Genji» (la novela más antigua del mundo) está enterrada aquí. Murasakino continúa siendo un vibrante barrio de antiguas galerías comerciales y animados festivales.
El lugar de nacimiento del guerrero Zen
Daitokuji es el más grande de los muchos templos de Murasakino y tiene dos decenas de subtemplos dentro de sus enormes terrenos. Como centro de la ceremonia del té, el templo cuenta con una gran cantidad de casas del té, jardines japoneses, tumbas de antiguos guerreros, famosas pinturas en fusuma (puerta corrediza) y otros lugares históricos y bienes culturales.
Tejemos un cuento de telas, historia y cultura
En el distrito de Nishijin se puede respirar el ambiente del antiguo Kioto y contemplar la artesanía y la cultura que tanta fama dan a la ciudad. Por ejemplo, el Centro Textil de Nishijin y Orinasukan son perfectos para explorar el reino de los tejidos finos. También hay museos y galerías dedicados a las artes del tejido.
El Centro de Investigación Urasenke Chado es el lugar ideal para descubrir la cultura japonesa del té, en la ciudad que afirma ser el corazón de todo lo habido y por haber.
Un microcosmos de piedra y arena
El subtemplo más popular de Daitokuji es el Daisenin, cuyos jardines han servido de inspiración a los diseñadores de jardines durante siglos. Este subtemplo ofrece sesiones de meditación zazen durante el fin de semana para todas aquellas personas que quieran reflexionar más profundamente sobre la vida en el incomparable marco de este jardín.
Protección contra las enfermedades
Cerca de Daitokuji se encuentra el santuario Imamiya-jinja, al que se acercan las personas del lugar para pedir protección contra las epidemias. El santuario alberga el Festival Yasurai en primavera, en el que se hace un desfile de demonios rojos y negros que bailan al ritmo de la música de flautas y tambores. Cuenta la leyenda que, si caminas por debajo del Furyu-gasa, una elegante sombrilla que se adorna con flores y hierba para el festival, disfrutarás de buena salud durante todo el año.
Una historia de dos templos
En el pasado, el templo Koetsuji de Takagamine fue la residencia de Honami Koetsu, famosísima personalidad de la cultura de Japón, experto en caligrafía, arte cerámico, lacado de oro y la ceremonia del té del siglo XVII.
No muy lejos se encuentra Genkoan, un templo construido a mediados del siglo XIV, famoso por sus ventanas cuadradas y redondas con vistas a los jardines. Las tablas utilizadas para el techo de la sala principal del templo tienen una oscura historia: cuando el Castillo Fushimi cayó en 1600, el señor y su familia se suicidaron, dejando sus manchas de sangre en las tablas del suelo.
Los dos templos se alzan en lo alto de una colina sobre Kioto, por lo que sus jardines tienen unas vistas fantásticas de la ciudad.
El arte de la península coreana
La atracción más inusual de la zona tal vez sea el Museo Koryo , con una colección de 1700 obras de arte de la península de Corea reunidas por un antiguo magnate izakaya y pachinko. El único museo de Japón dedicado al arte de la península de Corea tiene arte popular, pintura, obras de bronce, cerámica y muebles recogidos por su fundador en todo Japón.
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