SHIMANE Monte Sanbe e Iwami En su día, un tercio de la plata del mundo fue suministrada por Japón, y una gran parte fue extraída aquí

El monte Sanbe , situado cerca del centro de Shimane, pertenece al parque nacional de Daisen-Oki, y es el pico principal de una cadena de montañas de formación volcánica. Es un símbolo icónico de la zona de Iwami, que cuenta con fuentes de aguas termales naturales. En las proximidades se encuentra Iwami Ginzan, un sitio declarado como Patrimonio de la Humanidad.

La zona está llena de los encantos de una época anterior. Cuando hayas terminado de explorar la historia y la cultura, te recomendamos visitar los bosques y las fabulosas playas de la zona, ya que no estarán atestadas y vale la pena explorarlas.

El monte Sanbe e Iwami Ginzan se encuentran a 20 minutos en coche o a 30 minutos en autobús desde la estación de Odashi, en la línea principal de JR Sanin, que recorre la costa occidental del oeste de Japón.

La ciudad de Izumo , con su gran santuario, está a 20 minutos tomando el tren rápido limitado, y Matsue está a 1 hora. Si te decides por el tren bala shinkansen, partiendo desde Okayama tardarás 3 horas y 30 minutos, o bien 3 horas si sales desde Shin-Yamaguchi. Los autobuses interurbanos que salen desde Hiroshima te llevarán en 2 horas y 30 minutos.

monte Sanbe Atraviesa la zona más popular situada al este de Shimane para llegar a Iwami, una zona con un ambiente clásico. Iwami, está situada en la parte occidental de Shimane y alberga la mina de plata de Iwami Ginzan , inscrita como Patrimonio de la Humanidad en el año 2007. Con sus bellos paisajes naturales, se trata de un lugar donde prosperan los estilos de vida tradicionales y se preserva el medio ambiente. En particular, el monte Sanbe es una famosa atracción turística de la zona. 

Las laderas redondeadas y los picos del monte Sanbe , parte del parque nacional de Daisen-Oki, dan a valles tranquilos, estrechos y boscosos, salpicados de pequeñas granjas. No es una montaña muy alta, pero se eleva por encima de la campiña circundante y ofrece fabulosas vistas de 360 grados.

Hay muchos senderos para subir, algunos más agotadores que otros. Algunos de estos senderos atraviesan amplias zonas verdes y otros bosques de hayas. En la base del pico hay varias fuentes termales y cerca del inicio del punto de partida más popular y corto, hay zonas de acampada, parques, un museo de la naturaleza y otras instalaciones.

Cerca se encuentra el museo Sanbe Jomon-no-Mori , una instalación única que exhibe un bosque enterrado, donde los visitantes pueden ver árboles gigantes que quedaron sepultados hace unos 4000 años atrás, durante la última erupción del monte Sanbe.

Desde lo alto del monte Sanbe , se ve una línea serrada de montañas que antiguamente fueron la sede de una de las minas de plata más ricas del planeta. Iwami Ginzan , que significa «Montaña de Plata de Iwami», es ahora Patrimonio Mundial de la Unesco, en una región escasamente poblada en la que, según se dice, antiguamente trabajaban un cuarto de millón de personas.

Durante los siglos XVI y XVII, un tercio de toda la plata del mundo se extraía en Japón, y la mayor parte procedía de aquí. Fue una fuerza motriz de la economía de Japón y de su comercio con el mundo exterior. En el Centro del Patrimonio Mundial, puedes obtener mucha información sobre la mina y decidir cuál de los muchos sitios repartidos por la zona deseas visitar.

Muchos deciden explorar uno de los pozos mineros que están abiertos al público y cruzan la montaña. Merece la pena visitar Omori, una ciudad de una sola calle bajo las minas, que tiene el mismo aspecto que hace siglos y en la que se pueden visitar las casas de los samuráis que controlaban las minas y de los ricos mercaderes que hicieron su fortuna aquí.

El sitio Patrimonio Mundial incluye las carreteras que se extienden desde las minas hasta el puerto costero, incluyendo Yunotsu , una famosa ciudad histórica de fuentes de aguas termales.

También verás, desde la parte superior del monte Sanbe , unas playas fantásticas que son agradables y no están muy abarrotadas. Una de las mejores es Kotogahama: más de un kilómetro de arena blanca y fina con aguas turquesas. Se dice que las arenas suenan como un koto mientras caminas sobre ellas y, en el cercano ​​​​​​​Museo de la Arena de Nima , puedes ver obras de arte hechas con esta arena, como el reloj de arena más grande del mundo, que tarda un año entero antes de que sea necesario girarlo.